Durante la presentación de su informe "Los periodistas, en la mira de ETA", realizado en el País Vasco entre los pasados día 31 de mayo y 2 de junio, Fernando Castelló, presidente de la organización, explicó que este estudio es fruto de una veintena de entrevistas con periodistas, ejecutivos del Gobierno vasco y central, sindicalistas, etcétera, sobre la situación de los informadores en Euskadi.

Castelló puso de elieve que España ha pasado a formar parte de los países donde la libertad de expresión se ve conculcada a diario por atentados y amenazas contra la prensa y, en concreto, contra periodistas, una actividad que se ha recrudecido desde principios de este año y que empezó a renacer a partir del fin de la tregua de ETA.

Las razones de esa animadversión hacia la prensa, según esta organización, obedecen a que ésta ha pasado a ser considerada por los violentos como un enemigo natural, diferenciado del reso, y sus integrantes como "objetivos de guerra" y parte de la lucha contra "el invasor español y francés".

A juicio de Castelló, ETA entiende que los informadores no tratan objetivamente sus problemas y reivindicaciones y, en concreto, la construcción nacional de Euskal Herría, y hace responsables de ello especialmente a quienes no comparten sus tesis.

El presidente de esta organización indicó que la situación de amenaza en la que viven los periodistas les ha llevado a acorazarse, a atrincherrse en bunkers para hacer frente a posibles atentados. Periodistas sin Fronteras ha detectado también la tentación clara por parte de algunos reporteros de autocensurarse, de cambiar de tema en sus informaciones e incluso de exiliarse del País Vasco.

Según Castelló, la situación ha generado dos polémicas: por un lado, la de si se ve afectada la seguridad de los periodistas debida al desentendimiento entre el Gobierno central y el vasco, y por otro, la suscitada por el debate de que los partidos nacinalistas señalan y después los violentos aprietan el gatillo.

En este sentido, Periodistas sin Fronteras exige entendimiento entre los gobiernos central y autonómico, como garantes de la protección de informadores y ciudadanos, y considera que el debate de que unos señalan y otros aprietan el gatillo es desorbitado y está fuera de lugar.

Respecto a esto último, Castelló aseguró que su organización no tiene constancia de que la intención de los partidos nacionalistas haya sido poner en el punt de mira a nintún periodista, y pidió moderación porque ese tipo de comentarios lo único que consiguen es dar coartadas y legitimar a los terroristas para que sigan cometiendo atentados.