Así lo indicó Bel en rueda de prensa en la Cámara Baja, donde avisó de que al PP lo único que le preocupa es “derrotar” al Gobierno “a cualquier precio, independientemente de si el precio es hundir el dialogo social” o la “paralización” de la llegada de los fondos europeos o “convencer o no a unos diputados” de que “desacaten el orden” de su formación, aludiendo a UPN.

Asimismo, dijo al PP que cuando un diputado se equivoca en la votación, en este caso Alberto Casero, no puede imputarlo a un error informático. “Esto es de cajón y el PP se ha dado cuenta de lo ridículo de su argumentación”, añadió. También comentó las críticas de los populares porque la Mesa del Congreso no llamase a Casero para confirmar el voto.

En este sentido, Bel destacó que le gustaría saber a cuántos diputados que han votado de forma telemática ha llamado la Mesa durante los últimos dos años para preguntar si estaban de acuerdo o no con lo que habían votado. “En política uno tiene que ser coherente con sus actos”, matizó en relación con este diputado.

“INQUIETUD”

Al mismo tiempo, Bel explicó la impresión de "inquietud" que sintió por parte de algunas formaciones políticas por saber si la reforma laboral se aprobaba o no.

“Tenía la impresión de que había muchos grupos parlamentarios que buscaban a otros para que les aprobasen la reforma laboral que ellos no querían aprobar por tacticismo político”, aclaró, al tiempo que comentó que la “realidad” llevó a todos aquellos que lo hacían por “tacticismo político” a que se dieran cuenta de la “trascendencia de lo que hubiese podido pasar”.

Al respecto, animó a todos a repasar, cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se equivocó en el recuento y en un primer momento dijo que no se convalidó el decreto, las caras de los diputados que votaron que no, excepto PP y Vox, que parecía que estaban celebrando que habían “ganado la Champions”, porque estaban “tan perplejas” como las que votaron que sí.

“Todo el mundo era consciente de lo que suponía dejar caer la reforma laboral pactada entre patronal y sindicatos”, puntualizó, y por ello pidió que sirva de elemente de reflexión, también al mismo Gobierno, a quien instó a no pensar que las votaciones pueden salir “tan justas” como la del otro día, por el error de un diputado.

Para acabar, esperó que tras las elecciones de Castilla y León todo el mundo “recobre un poco de serenidad, seriedad y saque conclusiones”, entre ellos el Ejecutivo, porque la “aritmética” que se planteó para esta votación era “endiablada” porque los márgenes de “maniobra a corto plazo eran realmente escasos”.