A juicio del patronato del parque nacional, la documentación que presentó Boliden Apirsa presenta carencias imprescindibles para garantizar l seguridad medioambiental de la explotación.

La documentación que analizó el patronato es la que hace referencia al nuevo lugar elegido por la empresa para almacenar sus residuos mineros y al sellado definitivo de la balsa siniestrada.

Respecto a la utilización de la antigua corta de Aznalcóllar como nuevo depósito de residuos, el patronato decidió emitir informe desfavorable y devolver el expediente a Boliden.

Asimismo, los miembros del patronato decidieron devolver el estudio sobre la nuev balsa, al carecer éste de un modelo hidrogeológico adecuado para determinar el grado de permeabilidad del terreno.

Este organismo considera que las carencias que presenta la documentación remitida por la multinacional minera, impiden concretar los efectos futuros de la explotación en aspectos fundamentales para la seguridad ambiental de las tierras y las aguas, tanto superficiales como subterráneas.

Además, el patronato mantiene que es necesaria una nueva evaluación de impacto ambiental sobre latotalidad de las actuaciones relacionadas con la apertura de la mina.

Otra de las anomalías detectadas es la ausencia de gestión de emergencias o catástrofes, ante la posibilidad de que se produzca un suceso similar al que provocó el cierre de la mina el pasado mes de abril.

El informe solicitado al patronato es preceptivo de acuerdo con la ley reguladora del Parque Nacional de Doñana, ya que se trata de "una actuación que puede modificar la cantidad o calidad de las aguas subterráneas o superficales aportadas al parque nacional".