LOS PARTICIPANTES EN EL FUNERAL DE ROSA ZARRA PERMANECIERON EN LA IGLESIA TRAS RECIBIR AMENAZAS DE BOMBA
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La práctica totalidad de los vascos que abarrotaron esta tarde la Iglesia de San Vicente, en la Parte Vieja de San Sebastián, para cudir al funeral por Rosa Zarra, se negaron a abandonar el recinto religioso cuando el parroco que ofició las honras fúnebres anunció que había recibido dos amenazas de bomba.
El público congregado, varios centenares de personas, al igual que el sacerdote, decidieron permanecer en la iglesia y celebrar el funeral, en el que el párroco hizo un llamamiento a transformar "la capacidad de lucha del pueblo vasco en un generador de amor".
En las afueras de la iglesia ondeaban algunas ikurriñas con cresones negros y fue colocada una foto de Rosa Zarra, que murió como consecuencia de un pelotazo disparado por la Ertzaintza en los disturbios provocados por Herri Batasuna ante una concentración de trabajadores de Alditrans que reclamaban la liberación de José María Aldaya.
Al funeral acudieron miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, formación política que ha aprovechado la muerte de Rosa Zarra para renovar sus amenazas a la Ertzaintza y otros estamentos vascos. Entre los dirigentes de HB presenes estaban Jon Idígoras y Itziar Aizpurúa.
El público estalló en un cerrado aplauso cuando el párroco dijo, en su homilía, que pronunció casi íntegramente en vasco, que confiaba en que Rosa Zarra encontrase "en el Señor la paz y la libertad que quiso para este pueblo".
Con posterioridad al funeral, Herri Batasuna organizó a partir de las ocho y media de la tarde un acto de homenaje a Rosa Zarra en los aledaños del Estadio de Anoeta, al que acudieron varios cientos de personas.
Floren Aoiz, drigente de Herri Batasuna, afirmó que el País Vasco atraviesa una situación de tensión, que atribuyó no a la estrategia de su propio partido, sino a la "represión".
(SERVIMEDIA)
03 Jul 1995
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