La nueva directiva oblga a los empresarios a realizar una evaluación y, en caso de ser necesario, una medición de los niveles de ruido a que están expuestos los trabajadores, así como a tomar las medidas oportunas para evitar que el ruido afecte a la salud de los trabajadores.

La nueva norma hace hincapié en que, de no haber otros medios para prevenir los riesgos derivados de la exposición al ruido, se pondrán a disposición de los trabajadores protectores auditivos individuales apropiados y correctamente ajustados.

Admás, los trabajadores expuestos a niveles altos de ruidos tendrán derecho a revisiones auditivas llevadas a cabo bajo la responsabilidad de un médico.

En un periodo transitorio de cinco años, a partir de la fecha de entrada en vigor de la directiva, los estados miembros deberán establecer un código de conducta con orientaciones prácticas para permitir la aplicación de la directiva en el sector de la música y del ocio, respetando sus particularidades.