"Los gases fluorados pueden llegar a ser 23.900 veces más dañinos que el CO2 y su ciclo de vida en la atmósfera alcanza los 50.000 años", advirtió el Parlamento. Por ello, el pleno ha incidido en la necesidad de innovar y desarrollar alternativas más ecológicas.

La Cámara también ha apoyado la creación de un marco legislativo comunitario, señalando que dicho reglamento "no debe impedir que los Estados miembros mantengan o introduzcan medidas de protección más estrictas en lo referido a la emisión de gases fluorados de efecto invernadero de conformidad con el Protocolo de Kyoto".

Respecto a la directiva relativa a las emisiones procedentes de los sistemas de aire acondicionado de los vehículos de motor, el pleno ha solicitado a los Estados miembros que fomenten la instalación de sistemas menos contaminantes y que "posean un escaso potencial de calentamiento atmosférico".