Mauricio Olite prestó hoy declaración ante el tribunal, en la segunda sesión de la vista oral que se sigue contra 22 vecinos del valle de Aranguren, entre los que se encuentran el alcalde, el scretario municipal, varios concejales y el párroco de Labiano, por los incidentes que ocurrieron en 1990 al oponerse a la construcción de un vertedero en la localidad de Góngora y para los que el fiscal solicita penas que oscilan entre los siete meses y los dos años de prisión.

En su declaración, el parlamentario "abertzale" reconoció haber participado en diversos actos convocados por la Asamblea de Vecinos de Aranguren para oponerse a la construcción del centro de residuos sólidos en el valle, si bie precisó que la actitud vecinal fue siempre pacífica al tratar de impedir el paso de la maquinaria.

En la misma vista oral testificó el también parlamentario de HB Floren Aoiz, quien reconoció haber participado en una sentada callejera, pero negó que los concentrados hubieran insultado a los guardias civiles, pese a lo cual los agentes cargaron contra ellos, produciéndose diversos heridos de consideración.

El párroco de Labiano, el teólogo y antropólogo Jesús Equiza, afirmó que participó en los atos de protesta "por sentirme solidario con mi pueblo" e indicó que el conflicto tenía un carácter "ético, pues fue un enfrentamiento entre la fuerza y la razón, nuestra arma".

El fiscal, que ha solicitado dos años de cárcel para el sacerdote, preguntó a Equiza si sin su intervención se hubieran producido los disturbios, a lo que éste respondió que "los vecinos no necesitan un Mesías, pues tienen suficiente madurez".