Así se deduce de una encuesta que está realizando el Instituto de Análisis Industrial y Financiero de la Universidad Complutense de Madrid, del que es director el economista Mikel Buesa, hermano de Fernando Buesa, diputado vasco y líder socialista alavés que fue asesinado por ETA en 2000.

Buesa explicó a Servimedia que los datos preliminares de la encuesta de los que dispone reflejan que las grandes empresas vascas, entendidas como tales las que tienen más de 100 trabajares, están bstante preocupadas ante las consecuencias del "Plan Ibarretxe".

En concreto, este economista explicó que de las casi 50 respuestas de grandes empresas con las que cuenta en estos momentos se deduce que un 27 por ciento de estas compañías están estudiando o ya han realizado el traslado de producción fuera del País Vasco.

El análisis de las contestaciones también indica que un 25 por ciento de las compañías encuestadas han realizado o están estudiando trasladar su sede fuera de la comunidad vasca, ientas que un 15 por ciento dicen estar estudiando realizar desinversiones.

PLANES DE EMERGENCIA

Al mismo tiempo, Buesa añadió que otra conclusión es que el 45 por ciendo de las 50 grandes empresas que han respondido a sus preguntas están analizando cómo puede afectarles el "Plan Ibarretxe", algo que están llevando a cabo mediante reuniones, en las que, incluso, se ha pensado elaborar "planes de contingencia" para afrontar la repercusión de la iniciativa del "lehendakari".

Asimismo, el directordel Instituto de Análisis Industrial y Financiero de la Universidad Complutense aludió a que, sólo un 6 por ciento de las sociedades encuestadas entiende que el plan del jefe del Gobierno vasco va a ser positivo.

No obstante, añadió que, frente a esto, un 40 por ciento de las grandes compañías afirman que la iniciativa de Ibarretxe está teniendo una influencia negativa en sus ventas en el resto de España.

Buesa concluyó que estos datos preliminares de la encuesta, cuyas conclusiones finales seránpresentadas en septiembre, ponen de manifiesto que entre la patronal vasca existe una preocupación "grande" ante lo que puede suponer la aplicación del "plan soberanista".