Otras siete personas resultaron heridas al explotar un coche-bomba ------------------------------------------------------------------
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La banda terrorista ETA cometió hoy su primer atentado del año en Madrid, al hacer estallar un coche-bomba, cargado con unos 50 kilos de explosivos y tornillería, al paso de una furgoneta del Ejército de Tierra, en la que viajaban cuatro militares y un civil que murieron en el acto. Otras siete personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad.
Este nuevo atentado se produce en un momento de supuesta crisis de la banda armada, debido a la desarticulación de "Comando Vizcaya" y de la red de extorsionadores encargados de cobrar el "impuesto revolucionario" a empresarios vascos, y cuando algunos sectores han pedido la ilegalización de Herri Batasuna (HB).
La explosión ocurrió poco después de las ocho y media de la mañana, en la plaza de la Cruz Verde, que desemboca en la Capitanía Militar de Madrid y está situada detrás del Ayuntamiento de la capital.
A esa hora, la furgoneta militar, que desde el barrio de Carabanchel siempre hacía el mismo recorridopara llegar a la Capitanía, fue alcanzada de lleno por la explosión del coche-bomba, cuando enfilaba la rampa que tiene la calle.
Algunos testigos señalaron que los terroristas aparcaron el coche, un "Opel Kadett" de color blanco, matrícula M-2320-JL, minutos antes de que pasara la furgoneta militar, que quedó totalmente destruida. Por el contrario, fuentes policiales señalaron que la bomba fue accionada a distancia.
La fuerte explosión provocó que estallasen los cristales de las viviendas situads a más de 500 metros. En la plaza donde se produjo el atentado quedaron esparcidos los restos de vehículo militar y se apreciaban numerosas manchas de sangre de los fallecidos.
Debido al peligro que entrañaban los cascotes y cristales de los pisos dañados, los bomberos tuvieron que intervenir para retirarlos. Dos bares situados en la plaza quedaron totalmente destruidos.
ZONA CONCURRIDA
A la hora del atentado circulaban por la zona, una de más céntricas de Madrid, numerosas personas y escolare que iban al colegio. Siete de ellas resultaron heridas de diversa consideración y quedaron ingresadas en el Hospital Clínico y en La Concepción.
Los militares muertos son el capitán de Artillería Ramón Navía Refojo, de 47 años; el capitán de Caballería Juan Antonio Núñez Sánchez, de 54, y el de Infantería Emilio Tejedor Fuentes, de 51; el soldado conductor Francisco Carrillo, de 23, al que le quedaban cuatro meses para licenciarse, y el funcionario del Ministerio de Defensa Antonio Ricote Castillo, qe trabajaba en el Gabinete Telegráfico de la instalación militar.
Todos ellos estaban destinados en la Capitanía de Madrid y realizaban diariamente el mismo trayecto, Carabanchel-Aluche-Paseo de Extremadura, lo que les convertía en un blanco fácil. Los terroristas posiblemente conocían que la furgoneta hacía siempre el mismo itinerario y accionaron el mecanismo explosivo a su paso.
Aurelio Matías Martínez es el único de los siete heridos que está en estado grave y fue intervenido de politraumatisos en el Hospital Clínico. El matrimonio formado por Jesús Martín y Loreto Barra, así como Pascual Andrés, tuvieron que ser atendidos de heridas leves, principalmente por cortes de cristales. Otras dos personas fueron asistidas en La Concepción.
La capilla ardiente de los militares será instalada esta tarde en el Cuartel General del Ejército de Tierra. El capitán Ramón Navía Refojo estaba casado y tenía dos hijos, al igual que su compañero Juan Antonio Núñez Sánchez. Emilio Tejedor Fuentes estaba casao y tenía un hijo.
El soldado Francisco Carrillo estaba adscrito a la Unidad de Vehículos de Capitanía como conductor, era natural de Madrid y pertenecía al tercer llamamiento de 1991.
Nada más producirse el atentado llegaron al lugar de los hechos el ministro de Defensa, Julián García Vargas; el delegado del Gobierno en Madrid, Segismundo Crespo; el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, y el responsable de la Concejalía de Seguridad, Carlos López Collado.
García Vargas pidió cama a los militares y resaltó que los ánimos estaban serenos, pese a la acción etarra. Todos ellos pidieron tranquilidad a los habitantes de Madrid, ciudad en la que desde hace tiempo se rumoreaba que podía producirse un atentado de estas características.
EXPLOSION DE GAS
Los vecinos de la zona explicaron que al oir el fuerte ruido pensaron en principio que se trataba de una explosión de gas, aunque al caer los muros y los cristales se dieron cuenta de que se trataba de un atentado terrorista.
Agunas de las casas colindantes, especialmentos los pisos bajos de la plaza, quedaron totalmente destrozados. La fuerte explosión hizo que incluso estallasen los jarrones y las cerraduras de las puertas.
La puerta de uno de los bares fue arrancada de cuajo y los vecinos de las viviendas salieron a la calle, algunos de ellos con un fuerte ataque de nervios. El dueño del establecimiento pensó que la explosión se debía a un escape de gas en un local.
Aparte de los cristales, resultaron dañadas alguna cañerías de agua y los alrededores quedaron plagados de las piezas del vehículo militar.
El atentado provocó fuertes retenciones en la zona centro de Madrid, ya que las calles quedaron cortadas. Además, la policía puso en funcionamiento la "operación Jaula", lo que entorpeció las entradas y salidas de vehículos.
(SERVIMEDIA)
06 Feb 1992
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