Los beneficiarios de las ayudas fueron un total de 34 organizaciones. Las más favorecidas fueron la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA), que recibió 25.359.000 pesetas; la Unión de Pequeños Agricultores, con 16.100.000; y la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas, con 16.000.000.

Otras organizaciones que recibieron ayudas superiores al promedio fueron la Federación de Trabajadores dela Tierra (8,2 millones de pesetas), la Unión Agraria de la Explotación Familiar de Andalucía (7 millones), la Unión de Campesinos de León (6,75 millones) y Unions Agrarias (8,5 millones).

También obtuvieron subvenciones, entre otros, la Unión de Sindicats Agraris de Cataluña (6,2 millones), el Centro de Organizaciones de la Explotación Familiar (6 millones), la Confederación Nacional Española de Cultivadores de Remolacha (3,2 millones) y la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (4 millones). La finalidad de las ayudas es apoyar las actividades de las organizaciones agrarias, fomentar la formación de sus asociados y contribuir a sus tareas de divulgación entre los profesionales de los sectores a que representan.

Las subvenciones otorgadas a las organizaciones agrarias son muy inferiores a las concedidas a los sindicatos de ámbito general, que reciben ayudas por la representatividad obtenida en las elecciones y por participación en órganos consultivos de la Administración, entre otros coceptos.

En concreto, las ayudas reconocidas en 1990 a las organizaciones agrarias fueron quince veces inferiores a las otorgadas a los sindicatos de ámbito general, que recibieron 1.825 millones, según datos del Ejecutivo.