Según las minorías nacionalistas, hacia esameta van dirigidas las principales disposiciones de la reforma, que elevará del 3 al 5 por ciento el número mínimo de votos y hace inelegibles a alcaldes y diputados provinciales, así como a los presidentes de las diputaciones.

Esta reforma es ruín, sectaria y denota la prepotencia del Gobierno regional, a juicio de los partidos de la oposición. Para Antolín Sánchez Presedo, portavoz del PSOE, es un síntoma de debilidad del Ejecutivo que preside Fraga.

Por su parte, el portavoz del Bloque Nacionaista Gallego (BNG) fue más duro y comparó la iniciativa a los métodos empleados por Hitler, "que se valió de los mecanismos democráticos para eliminarlos, una vez que estaba en el poder. Ustedes tienen la fuerza, pero no tienen la razón. La fuerza también la tiene el gorila, pero el gorila se vencido por el hombre", dijo.

Todos los portavoces en la oposición coincidieron en señalar que son sólo intereses partidistas del Partido Populat (PP), los que motivan la reforma. El portavoz de Coalición Galega,Cándido Sánchez Castiñeiras, dio gracias de que Fraga no fuera elegido para hacer la transición en España.

Asimismo, el portavoz del Partido Socialista Galego-Esquerda Galega, Camilo Nogueira, dijo que de haber sido Fraga en vez de Suárez, se habría aprobado una Constitución sin consenso para una España sin autonomías: "Esta ley es una alcadada, hecha con las malas artes de los alcaldes corruptos para dar las obras a los amigos", añadió.