Doce personas fueron ahorcadas en Bagdad el pasado domingo después de una moratoria de un año y medio y se calcula que unos 115 prisioneros podrían ser ejecutados en un futuro próximo.

Estos dos organismos de la ONU rechazaron que sea frecuente aceptar como evidencia en Iraq las confesiones obtenidas por coacción o tortura y que se obligue a los acusados a incriminarse.

El portavoz de la Oficina de la Alta Comisionada en Ginebra, Rupert Colville, señaló que "nos alarma mucho que hay otros 115 prisioneros en el corredor de la muerte, que podrían ser ejecutados si continúa esta tendencia".

La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos abogó por la abolición de la pena capital bajo todas las circunstancias porque, de cometerse un error en el proceso, es el Estado el que se convierte en asesino, según informó la ONU.

Además, recomendó al Gobierno iraquí que establezca una moratoria sobre la pena de muerte hasta que se examine a fondo el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Penal de este país, de acuerdo con la resolución 62/149 de la Asamblea General de la ONU.