Este proyecto es fruto del convenio que firmaron la Organización Nacional de Ciegos y la Universidad de Valladolid hace algo más de un año, que recogía el compromiso de desarrollo de proyectos de investigación, programas de docencia y divulgación y asistencia relativa a enfermedades oculares, relacionadas con baja visión.

En esta Unidad, pionera en el ámbito universitario naconal, se enseñará a aprovechar y utilizar, de manera adecuada, el resto visual de los pacientes afectados por determinadas patologías que no tienen solución médica o quirúrgica. Puede ser el caso, por ejemplo, de los afectados de degeneración macular asociada a la edad, común en personas mayores de 65 años, una franja de edad que supone alrededor del 20% de la población de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

Los potenciales beneficiarios de este servicio, serán todas las personas con problemas vsuales de cierta entidad. Ciñéndose al ámbito de la ONCE, la directora de Acción Social de esta organización, Carmen Oliver, señaló en el acto de presentación de la Unidad, que en el censo de afiliados a la institución se observa un aumento significativo de los afiliados que conservan un resto visual, de manera que, de los 56.800 afiliados censados, al menos el 70% conserva resto visual.

Extrapolando estos datos al ámbito de Castilla y León se concluye que, de 1.740 afiliados, el 63% son deficientes vsuales, atendidos a través de la Delegación Territorial de la ONCE en la citada comunidad.

Además de la dotación económica necesaria para la puesta en marcha de la citada Unidad de Baja Visión, la ONCE proporcionará formación en baja visión a los profesionales dependientes del IOBA y el material bibliográfico especializado que se requiera.