David Caz Martín, de 20 años, que llevaba dos meses en el citado destacamento, declaró que un sargento le llamó a su presencia por caérsele el cetme, sacó su pistola reglamentaria e introdujo una bala de fuego real en el tambor del revÓlver.

Tras hacerlo girar le preguntó a Caz si sabía lo que estaba haciendo, a lo que el joven legionario respondió afirmativamente. E sargento apuntó a la barbilla de Caz y pulsó el gatillo pero el disparo fue fallido. "Has tenido suerte", afirmó el suboficial.

Por otra parte, Francisco Castañón denunció el caso de otro compañero de Caz, Raúl Martínez, quien también sufrió malos tratos y vejaciones en el citado tercio majorero.

Pedro Martínez, padre de Raúl, explicó las vivencias de su hijo, que lleva dos meses en prisión por desertar de la legión. "Le engañaron miserablemente mientras estaba en el campamento en Cáceres", dijoPedro Martínez, "ya que un captador le informó de las buenas condiciones en el tercio, pero mi hijo sólo ha recibido pisotones y palos".

Tras diversas llamadas telefónicas de Raúl a su padre, en las que le explicaba los malos tratos a los que era sometido, Pedro Martínez se puso en contacto con el responsable jurídico del tercio quien, tras varias conversaciones por teléfono, le dijo que "si tenía güevos, que bajara a Canarias".

"AQUI NO SOIS NADA"

Según explicó Caz, desde el primer día sufrió gresiones en el cuartel, donde tras ser formados en el patio, los instructores se introducían entre las filas diciendo frases como "aquí no sóis nada", "habéis venido a sufrir", "tenéis que ganaros el ser legionarios" o "no tenéis derecho ni al aire que respiráis".

Asimismo, este joven legionario describió los riesgos a los que son sometidos muchos componentes rasos del cuerpo durante los ejecicios de gimnasia, tales como colocar una navaja de mariposa encima de los aparatos o recibir disparos intimidtorios alrededor del cuerpo durante las maniobras de tiro con fuego real.

Caz explicó cómo en la última semana de campamento, los mandos le obligaron a boxear con otro compañero "de mucha mayor envergadura", quien le rompió una muela durante el combate.

Los representantes de la ODS enviaron esta mañana sendas cartas al fiscal general del Estado, Eligio Hernández, y al Defensor del Pueblo, Alvaro Gil Robles, a los que solicitaron que se aclare la situación de los citados legionarios y acaben con etas conductas de los mandos, "inadmisibles en un Estado de Derecho".

El año pasado murieron en España 39 soldados mientras cumplían el servicio militar, de los que 20 perdieron la vida en accidentes de carácter militar y 19 se suicidaron.

Según un estudio solicitado en 1990 por el diputado del grupo catalán Lluís Recorder, 5.019 soldados y marineros sufrieron accidentes. "Sin embargo", matizó Castañón durante la rueda de prensa, "los casos de malos tratos a reclutas y tropa sólo son denunciados pr un pequeño número de soldados que tienen el valor" de sacarlos a la luz.