En el estudio, publicado en el último número de la revista "OCU-Compra Maestra", se asegura que "en las playas de Galicia tampoco ha hecho acto de presencia el famososo 'chapapote' vertido por el Prestige (en noviembre de 2002), aunque sí otros tipos de contaminación. Unicamente vimos alquitrán en la playa de Gijón, que puede no tener relación con este suceso".

El informe destaca, en lo negativo, el caso de las playas de Boiro (Galicia) y Baquio (País Vasco), por presentar bacterias de salmonella por lo que, según la OCU, el baño debería estar prohibido al existir riesgo de infección para los usuarios. La presencia de esta bacteria delata un mal control de los vertidos fecales, explican.

El informe está dividido en dos partes. Por una parte, se ha analizado la calidad y limpieza del agua y la arena y, por otra, se ha realizado un inventario de los servicios más comunes, como duchas, accesos o fuentes.

La OCU afirma que siete de las playas estudiadas tienen exceso de residuos en la arena. Estas playas están localizadas en Murcia, Andalucía, Galicia, Cataluña y Cantabria.

En cuanto al aspecto del agua, hay otras siete playas mal calificadas en Andalucía, Islas Baleares, Cataluñay Murcia, ya que presentan problemas por la presencia de medusas, algas o falta de transparencia del agua.

En conjunto, la seguridad está garantizada casi siempre por socorristas, si bien la playa de Magalluf-Calvià (Islas Baleares) no cuenta con este servicio y otras playas de Cataluña, Cantabria, Asturias y Andalucía, entre otras, presentan un número insuficiente de dotaciones.

El estudio concluye que, en general, los resultados son notablemente mejores que los obtenidos en el informe anterior, de 1999, en el que un 25% de las playas presentaba problemas de limpieza, frente al 15% de este año.

No obstante, señala la OCU, hay puntos que deben mejorarse, especialmente los relacionados con los vertidos que puedan provocar las contaminaciones fecales, como el caso de Boiro y Baquio. También ven necesario controlar los niveles de nitratos y fosfatos, pues contribuyen a la degradación ambiental.