Así lo subrayó en un comunicado en el que, entre dichos “abusos”, hizo referencia a cambios de “última hora” en el cartel de los grupos musicales, precios “abusivos” de reventa, comisiones por el rembolso del dinero cargado en las pulseras de pago, “insuficientes” puntos de agua potable e “imposibilidad” de introducir alimentos.

Según su experiencia, entre los “más habituales” se encuentran los cambios “sustanciales” o de "última hora" en la programación y el cartel de los artistas participantes. En este sentido, hizo hincapié en que, si el aviso no se ha realizado con la “suficiente” antelación, el usuario podría solicitar, además del reembolso del precio de la entrada, una reclamación por “daños y perjuicios” derivados de los gastos asociados que hubiera supuesto su traslado, al igual que en el caso de la suspensión del festival.

Por lo que respecta a los precios “abusivos” de reventa, que, según sus cálculos pueden llegar a “multiplicar por tres o por cuatro los oficiales”, advirtió de que, en el caso de la reventa “en calle”, sea en taquillas o expendedurías, el recargo “no puede exceder el 20% sobre el precio marcado” y desaconsejó este tipo de compra por el “riesgo añadido de fraude que conlleva”.

Asimismo, lamentó la “insuficiente” presencia de puntos de agua potable “gratuita y complementaria” a la oferta comercial de la hostelería del festival, tal y como exige la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular del 9 de abril. “Esto puede dar lugar a problemas de hidratación y supone un peligroso riesgo de aglomeraciones”, abundó.

En relación a las comisiones “abusivas” de cara al reembolso del dinero cargado en las pulseras o aplicaciones de pago para la adquisición de bebidas o alimentos, defendió que se trata de una práctica “contraria” a la normativa de consumo, que, puntualizó, “obliga a los empresarios a aceptar siempre el efectivo como medio de pago”.

Junto a ello, criticó la “imposibilidad” de introducir alimentos, cuando la propia Dirección de Consumo, en su informe de 2017, “lo admite si se están vendiendo en el interior del recinto”, como, según la organización, “sucede en todos los festivales”. “Es más, la actividad principal del festival se supone que es artística y musical, no alimentaria”, espetó, al tiempo que también rechazó los cobros por vasos reutilizables “sin posibilidad de recuperar posteriormente el importe adicional pagado por ellos”.

NORMATIVA ESPECÍFICA

En este contexto, la OCU solicitó al Ministerio de Consumo una normativa “específica” que defina “de manera urgente” los servicios “básicos” de los festivales de música al aire libre y establezca “distintas compensaciones en caso de malas prácticas”.

Mientras tanto, animó a los usuarios a solicitar las hojas de reclamaciones y, si el establecimiento no dispusiera de ellas, a llamar a la policía local "para que se persone".