A raiz de estos dos casos, el Comité Ejecutivo de ANPU ha denunciado que el Gobierno español viola la Carta Social Europea en su artículo tres referido al derecho y condiciones de trabajo seguras y sanas de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.

Esta crítica se une a la que el sindicato elevó recientemente al Defensor del Pueblo por la situación de "insalubridad" de las comisarias madrileñas de Madrazo y Centro, respetivamente.

De los ocho policías afectados por esta epidemia de sarna, tres contagiaron a sus respectivas esposas e hijos, según las fuentes. Al parecer, el contagio tendría su origen en una escamas de piel dejadas por un preso infectado que estuvo ingresado en dichos calabozos, según se desprende del informe redactado por los servicios médicos de la Jefatura Superior de Policía de Valladolid.

Un portavoz de ANPU calificó de "tercermundistas" las condiciones de las instalaciones policiales y, en epecial, de los calabozos donde ingresan temporalmente los detenidos. "?Cómo es posible que no se sepa que un preso está contagiado por una enfermedad infecciosa con el riesgo que supone para los policías que le tratan?", se preguntó el portavoz de ANPU.

Desde que se tuvo conocimiento la semana anterior del brote de sarna las instalaciones del módulo del hospital penitenciario de Burgos permanecen cerradas. Los presos han tenido que ser ingresados en distintos centros hospitalarios de Burgos bajo vigilncia policial.