Los incidentes tuvieron lugar pasada la una de la madrugada, cuando dio comienzo una pelea entre varios centroafricanos en un campamento situado en el patio interior de un hospital de la Cruz Roja, en el que residen habitualmente unas cincuenta personas.

La pelea, según las mismas fuentes, se inició porque uno de los implicados, al parecer en estado de embriaguez, comenzó a golpear a otros con una botella rota. El enfrentamiento se generalizó entre los inmigrantes que se enontraban en la zona, lo que alertó a los vecinos de los alrededores, que avisaron a la policía.

De acuerdo con la versión facilitada por el Ayuntamiento melillense, los 50 policías nacionales que acudieron a sofocar el incidente fueron recibidos con piedras y lanzamiento de todo tipo de objetos.

Según las mismas fuentes, los policías nacionales, a los que se unieron policías locales momentos después, debieron utilizar material antidisturbios para poder controlar la situación.

Asimismo, a losinmigrantes que se encontraban inicialmente en el campamento se sumaron a lo largo de la pelea otros 60 más, que acudieron desde otra parte de la ciudad tras tener noticia del enfrentamiento con la policía.

Como consecuencia del altercado, el campamento en el que tuvo lugar el incidente quedo prácticamente destruído. Según las autoridades de Melilla, el destrozo afectó a los equipos médicos y de atención que había instalados.

Los heridos, según los responsables municipales, no revisten ninguna grvedad y están ingresados en centros médicos de la ciudad. El autor de la primera agresión que dio lugar a la pelea se encuentra detenido en dependencias policiales.

Por otra parte, a las once de esta mañana gran parte de los inmigrantes que participaron en los disturbios iniciaron una sentada frente a la sede de la Delegación del Gobierno en Melilla, para pedir que se regularice su situación y se les permita viajar hacia la península.