La OCDE considera que, en 1999, España está entre los países en los que el PIB previsto no supera la capacidad de generación de riqueza de su aparato productivo, es decir, que lo que los expertos de esta organización llaman el "gap de producción" es negativo.

En el conjunto de los once países del euro, el "gap" es negativo paa este año por un -1,1, aunque con situaciones altamente dispares, como el -3,3% de Italia, que crece muy por debajo de sus posibilidades, y el +3,8% de Irlanda, que es el país de la UE que ha crecido a más ritmo en los últimos años y en el actual.

España tiene un "gap" de producción negativo en casi medio punto de PIB. Eso significa que, para correr riesgos inflacionarios, tendría que crecer medio punto por encima de lo que lo está haciendo.

De acuerdo con este indicador, la economía de Estados nidos estaría notablemente sobrecalentada, con un "gap" de producción del 2,8%. Sin embargo, esta conclusión es puesta en entredicho por los economistas partidarios del "nuevo paradigma" de desarrollo, quienes sostiene que el efecto combinado de la difusión de las innovaciones tecnológicas de los últimos años y la competencia global permiten ritmos de crecimiento superiores a los que eran factibles anteriormente sin poner en riesgo la inflación.