Así se pronunció García Magán en la rueda de prensa resumen de la reunión de la Comisión Permanente de la CEE que ha tenido lugar esta semana en Madrid, donde se ha congregado una treintena de los prelados españoles.

Según analizó el portavoz de los obispos españoles, no se están dando las condiciones del código canónico ni de la carta de renuncia que Francisco dijo hace tiempo que entregó en 2013 al entonces secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, y que ahora se supone que tendrá su predecesor, el cardenal Pietro Parolin.

El portavoz de la CEE argumentó que “el impedimento al que el Papa se refería está vinculado a una limitación o impedimento mental”, para materializar la renuncia que redactó Francisco hace más de una década.

“Lo que tenemos que hacer todos”, continuó haciendo un “llamado a todo el pueblo de Dios”, que luego extendió a quienes no creen y a los “mediopensionistas”, es “intensificar la oración por la curación de este papa”.

Comparó la situación, como se hace con la familia de “estar junto a su cama” de “forma espiritual” durante su estancia en el Hospital Gemelli de Roma, donde el pontífice lleva ingresado desde el 14 de febrero.

Precisamente, la CEE ha dedicado varias oraciones estos días por Francisco pues “la salud del papa es un tema de preocupación en la vida de la Iglesia”. “Estamos rezando por ello”, remarcó.

García Magán también comparó la situación actual con la que se vivió en los días previos de la muerte de Juan Pablo II, cuando, según dijo el obispo, “se veía una gravedad inminente que ahora no se ve” y con la renuncia histórica de Benedicto XVI, situación que está “prevista” en la normativa eclesial con “la única condición” de que se tome de forma “libre”.