Bergara ha añadido que "no se entendería que la propia Iglesia desoyera sus potulados básicos del Vaticano II, de acercamiento al pueblo, a las realidades nacionales, culturales y sociales; de ahí que deba interpretarse en clave política una supuesta designación de un prelado ajeno a la realidad vasca".

El diputado general, máximo mandatario vizcaíno, considera que la polémica generada estos días "ha puesto en evidencia, una vez más, la creciente intolerancia instalada en sectores políticos y de opinión representativos del nacionalismo español".

A juicio de Josu Bergara, s trata de un nacionalismo "que se autoafirma con la simbologia de la ñ en la presidencia europea y que excluye cualquier rango diferenciador de otras nacionalidades existentes a su alrededor".

Para Bergara "estamos asistiendo a la misma intransigencia que el nacionalismo vasco democrático ha tenido que soportar durante cien años de andadura; de ahí que ni los insultos, ni las campañas organizadas de descrédito pillen a Arzalluz y a los nacionalistas a contrapié".