La pastoral de la comisión, cuyo presidente es el obispo de Vic, José María Guix Ferreres, propone también que paralelamente a las expectativas que han creado los eventos del 92, se impulse un "gran pacto social contra la insolidaridad y la pobreza, contra la injusticia socil".

Los "aspectos de la cruda realidad" española que merecen destacarse, según esa comisión eclesial, de la que forman parte los obispos de Canarias, Ramón Echarren, y de Huesca, Javier Osés, se refieren a la situación de los ancianos abandonados, niños mal atendidos, personas afectadas por el paro, la falta de vivienda o una sanidad deficiente.

Igualmente se refieren en esta pastoral, difundida con motivo de la festividad de Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, a la preocupante enfermedad del Sia, "al egoísmo insolidario del narcotráfico", los brotes de racismo y rechazo a minorías étnicas y la escalada terroristas que, según dice, "amenaza la convivencia solidaria de nuestro pueblo".

Para sanar la salud ética y moral de nuestra sociedad que, a juicio de los obispos, está dañada de "egoismo e insolidaridad", los obispos convocan a las fuerzas sociales públicas y privadas a llegar a un pacto para solidarizarse con aquellos grupos sociales más desprogidos que el crecimiento socioeconómico arricona.