José Gea reclama a los sacerdotes de su diócesis, en una carta pastoral fechada hoy, que si en sus parroquias hay personas que se encuentran en alguna de las situaciones citadas, "se lo adviertan previa e individualmente a los afectados, antes de negarles la comunión si se acercan a comulgar".

El prelado defiende que estas personas "viven en situación irregular ante la Iglesia" y recuerda que la fe no algo subjetivo ue cada cual entiende y vive a su manera.

"Cuando la Iglesia excluye a alguno de sus hijos de la participación de la comunión eucarística", agrega, "lo que desea es hacerle consciente de su situación, con la esperanza de que cambie y de que se integre plenamente en la comunión eclesial. No intenta imponer un castigo, sino exigir de sus miembros una actuación coherente con su fe, y hacer una llamada a la conversión".

José Gea explica que la comunión es el símbolo de pertenencia a la Iglesia deforma "completa y visible", por lo que afirma que "sería falsear el sentido de la eucaristía recibirla mientras uno está viviendo en esa situación" que el prelado califica de irregular.

Por este motivo, el obispo pide a sus párrocos que no administren la comunión a quienes no estén casados por la Iglesia. A los no casados les indica que "no pidan lo que saben que no se les puede conceder, por coherencia con nuestra fe y por respeto a la opción que han tomado".