En su carta, monseñor Osés expone las razones por las que se ha desembocado en un clima de malestar social profundo y muy extendido, y afirma que "creo que ha llegado la hora de plantearnos con realismo un cambio de hábitos de vida y un recorte radical en los gastos superflúos, porque nuestro Estado es más pobre y las penurias de muchos ciudadanos no nos lo permiten".

El obispo de Huesca explica que la principal causa del malestar es e paro "consolidado y progresivo, con sus terribles consecuencias personales, familiares y sociales".

Señala, además, que otra manifestación es la de una cierta indignación social, "porque nos han despertado del sueño de un bienestar social ficticio, sin bases sólidas".

Sin embargo, añade monseñor Osés que "la sola protesta creo que no es razón suficiente para la huelga. Quien piense participar en la huelga o quienes hayan decidido adherirse a ella, debemos pensar en unas medidas sociales y económcas, a las que el Gobierno debe prestar oídos más benévolos, sobre todo cuando las propuestas proceden de los sindicatos y de los agentes empeñados en la reactivación económica".

El obispo afirma que, junto a las acusaciones al Gobierno, también el ciudadano debe reconocer las suyas, "porque no siempre el trabajo de algunos es un trabajo honrado y responsable". Critica, además, "que a pesar de nuestra indignación, damos por buenos los reiterados puentes de vacaciones, sabiendo que originan un perjuici para nuestra economía".

Por último, se pregunta, todo ésto "¿no hace pensar que nuestra sociedad está mostrando lacras en su democracia, al no saber encontrar otra solución a nuestros conflictos, aunque sean muy graves, que en el recurso a la huelga general?".