Actualmente, el 20% de los norteamericanosson obesos, frente a un 12,5% en 1991. Entre los mayores de 70 años, el segmento de población que más interesa a las funerarias, son obesos el 17%.

Según el diario norteamericano, hay fabricantes de ataúdes que en los años ochenta vendían uno extra-ancho (de 44 pulgadas, en lugar de las 24 del modelo estándar) al año, y que ahora facturan cuatro o cinco al mes.

Uno de estos fabricantes declaró al diario que no hace falta ser un experto para darse cuenta del cambio, "basta con ir a un restauranteentrar en un Wal-Mart (una cadena de grandes almacenes). La gente se está volviendo más ancha y pesada".

Las empresas de pompas fúnebres no son las primeras que se tienen que adaptar a la mayor gordura de los norteamericanos. Antes les ocurrió a las aerolíneas, a las que se les advirtió de que debían colocar asientos adaptados a las mayores dimensiones y peso de los norteamericanos de hoy en día.

Pese a los cambios introducidos, hay quien dice, según "The New York Times", que las empresas funeraias no han hecho lo suficiente y que familias de finados obesos tienen que esperar durante días para encontrar un ataúd adecuado y, además, deben pagar extras de entre 800 y 3.000 dólares por el entierro, debido a los mayores costes de embalsamamiento y transporte.

En realidad, la mayor gordura de los norteamericanos afecta a toda la cadena relacionada con el trato a los muertos. Según explicó a "The New York Times" un fabricante de ataúdes, "el ataúd estándar está pensado para entrar en un panteón esándar, que está a su vez concebido para ajustarse a una parcela estándar de cementerio. Todo el mundo en la industria es consciente del problema".