LOS NUEVOS TENDIDOS DE ALTA TENSIÓN DEBERÁN SER INOFENSIVOS PARA LAS AVES A PARTIR DE HOY
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Hoy entra en vigor un nuevo real decreto que obliga a incorporar en los tendidos eléctricos de alta tensión sistemas de protección para las aves, con el fin de que no mueran por electrocución o colisión.
Además de a las instalaciones eléctricas aéreas de alta tensión de nueva construcción, esta norma también se aplicará a las ampliaciones o modificaciones de instalaciones eléctricas ya existentes en zonas de protección para la fauna avícola.
Entre estas áreas se encuentran los territorios designados como zonas de especial protección para las aves, así como los ámbitos de aplicación de los planes de recuperación y conservación elaborados por las comunidades autónomas para las especies de aves incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas o en los catálogos autonómicos, entre otras.
Además, todas las líneas peligrosas ya existentes deberán ser modificadas para adecuarse a diseños inocuos para las aves en un plazo no superior a cinco años.
Para ello se establece una línea de ayudas que financiará en su totalidad la modificación de estos tendidos. Se calcula que será necesaria una inversión de, aproximadamente, 45 millones de euros para solucionar definitivamente este problema.
Asimismo, en la época de nidificación, reproducción y crianza también se prohíben los trabajos de mantenimiento de las partes de los tendidos eléctricos que soporten nidos o en cuyas proximidades aniden aves incluidas en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Excepcionalmente se autorizarán reparaciones de averías siempre que éstas perturben el normal suministro de energía.
Se estima que varias decenas de miles de aves mueren cada año en España debido a los tendidos eléctricos, con los consiguientes cortes e irregularidades en la distribución eléctrica.
Las investigaciones sobre las causas de mortandad no natural más frecuentes entre las aves han puesto de manifiesto que las principales son la electrocución y la colisión contra las estructuras de conducción eléctrica, hasta el punto de suponer actualmente el principal problema de conservación para especies como el águila imperial ibérica, el águila perdicera y otras grandes rapaces.
La electrocución también afecta a muchas especies más comunes, como águilas reales, águilas culebreras, aguilillas calzadas, milanos negros, azores, ratoneros, cigüeñas y búhos reales.
(SERVIMEDIA)
06 Mar 2008
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