De este modo, Iberdrola cuenta ya con todas los permisos necesarios para llevar a cabo esta compra, pospuesta durante meses a falta de este último visto bueno, según informa la compañía española.

La operación fue planteada hace catorce meses, recibió en noviembre del año pasado el respaldo de la Junta de Accionistas de Energy East (93%) y ya cuenta con la financiación precisa, gracias a la ampliación de capital llevada a cabo por Iberdrola en junio de 2007, por alrededor de 3.400 millones de euros.

De momento, Iberdrola desconoce las condiciones planteadas por la Comisión para aprobar la operación de compra. De hecho, está a la espera de recibir la documentación que las precisa, en los próximos días, para analizarla en detalle.

Algunas de las que apuntaron hoy los cuatro comisionarios presentes en la reunión del organismo regulador americano, sonla obligación de invertir 200 millones de dólares en energía renovable en los próximos dos años, que la compañía no pueda tener plantas de combustibles fósiles y, en este sentido, que venda la que Energy East tiene a través de una filial.

Si la eléctrica vasca considera excesivas estas condiciones, o entiende que limitan su capacidad de inversión en activos renovables o en infraestructuras, la compañía se replantearía la operación, según ha planteado en diversas ocasiones su presidente, Sánchez Galán.

En cualquier caso, según informó a Servimedia una fuente de Iberdrola, la fijación de condiciones es habitual en este tipo de transacciones en el sector energético en Estados Unidos y entre éstas suelen figurar aquellas encaminadas a garantizar el suministro, asegurar la fortaleza financiera o lograr beneficios para la sociedad.

La culminación de la compra de Energy East por parte de Iberdrola, por alrededor de 6.400 millones de euros, se convertiría en la mayor operación industrial de una empresa española en Estados Unidos.

La operación planteada amistosamente por los Consejos de Administración de Iberdrola y Energy East a finales de junio de 2007 recabó en estos meses apoyos políticos y sociales como los de los de la senadora demócrata Hillary Clinton; el gobernador de Nueva York, el demócrata David Paterson; el líder de la oposición en el estado de Nueva York, el republicano Joseph Bruno; el senador demócrata Charles E. Schumer; y el Consejo de Protección al Consumidor del Estado de Nueva York.