El brote de lengua azul, una enfermedad de origen tropical provocada por un mosquito y cuyo riesgo se agrava con el calor y la sequía, ha provocado las restricciones de movimiento de vacuno en España en los últimos meses.

De hecho, las restricciones permanecen hasta el próximo 31 de marzo, cuando se levantarán parcialmente, y afectan sobre todo a las comunidades de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, que son precisamente aquéllas en las que reside "el grueso" de cabaña brava española (el 60%), según explicaron a Servimedia fuentes del sector.

Así, la temporada taurina que se inició en febrero con la Feria de Valdemorillo, pero que alcanza su apogeo a partir de marzo, con la feria de Valencia, y mayo, con la feria madrileña de San Isidro, peligra por las restricciones a la movilidad de las reses y otras medidas de seguridad.

La normativa establece que las reses no pueden salir de las zonas de restricción y, en el caso de abandonar sus dehesas, los movimientos son exclusivos para utilizar a los animales en corridas y novilladas y no a becerradas, encierros populares y otros.

Además, se obliga a la desinsectación previa de los cosos y alrededores y todos los animales que salgan de las fincas deben ser sacrificados en la plaza de destino, tanto los rechazados en reconocimientos oficiales como los sobreros.

Esto supone, según los criadores y los organizadores de festejos, un "sustancial" incremento en el coste de organización de festejos y una posible subida del precio de las corridas.

Actualmente, la ola de frío que ha recorrido la península ha ayudado a frenar la incidencia de la enfermedad pero los calores de la primavera podrían provocar nuevos brotes y problemas para la cabaña brava, sobre todo en verano, cuando se celebran el 65% de los festejos.