Según el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, el objetivo es dar a las novilladas, becerradas y espectáculos taurinos menores un trato fiscal favorable, como reconocimiento del carácter cultural de la fiesta, y la necesidad de promover ests festejos de segundo orden, en los que reside la formación profesional de segundo grado, tras el paso por las escuelas de tauromaquia.

García-Escudero asegura que dichos espectáculos cumplen una importante "función socio-profesional de formación y promoción de futuros matadores de toros, así como de los subalternos".

Para hacer esta propuesta, el portavoz del PP afirma que se ha tenido en cuenta el déficit que suelen arrastrar estos festejos, ya que carecen de la ayuda económica que representa l retransmisión por televisión, pero soportan prácticamente las mismas exigencias de organización y costes (sanitarios, veterinarios, de seguridad social, salarios, etc.).

A su juicio, estas dificultades hacen que en la mayoría de los casos sean los ayuntamientos los organizadores de estos festejos, o bien colaboren con el empresario mediante subvenciones de tipo económico.