(NOTICIA EMBARGADA HASTA LAS 20,00 HORAS DE HOY)
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El presidente del Consejo General de la Abogacía, Antonio Pedrol Rius, afirmó hoy durante una conferencia ofrecida en el Club Siglo XXI de Madrid, dentro del ciclo España 1992, que la libertad de colegiación convierte al colegio en un "organismo elitista".
En su discurso, titulado "La sociedad, ls profesionales y sus colegios", Pedrol se refirió a la íntima relación de los profesionales con la sociedad, "muy perfectamente diferenciada de las relaciones entre la sociedad y el Estado".
"Las iniciativas del Estado", explicó, "tienen un inevitable carácter ortopédico, mientras que las relaciones de la sociedad y los profesionales se mantienen en el terreno espontáneo de la vida natural".
Analizó la relación entre el profesional y el cliente, "en la que éste le hace entrega a aquél de la más limitada confianza", e insistió en la necesidad de que el profesional se entregue de la misma forma, "apasionadamente", al servicio del cliente.
Para Antonio Pedrol, la garantía del buen cumplimiento por parte del profesional sólo puede obtenerse de forma eficaz por la intervención del Colegio correspondiente, "al que el Estado le delega funciones investigadoras y sancionadoras".
Por este motivo, reiteró su defensa de la colegiación obligatoria para que los colegios puedan cumplir "sus deberes dentológicos".
"Entre otros males", dijo, "la libertad de colegiación convierte al colegio en un organismo elitista, con fuerte sentido corporativista y olvido de sus deberes ante la sociedad".
Elogió además el criterio del Gobierno, expuesto ya ante el Congreso por el ministro Solchaga, de mantener con carácter general la colegiación obligatoria y permitir la voluntaria sólo en casos muy específicos.
Sin embargo, se mostró contrario al propósito del Ejecutivo de fomentar la competencia económca entre los profesionales, porque en las relaciones con los clientes se manejan "valores tan delicados e importantes para la sociedad como la vida, la salud, la libertad y el honor".
"Esto no ocurre con las relaciones propiamente mercantiles y obliga por tanto a asegurar en primer lugar a la sociedad la calidad de aquellos servicios, anteponiéndola a cualquier competición de precios", dijo.
Pedrol consideró que la sociedad "puede y debe" exigir a los profesionales y sus colegios una competencia n el campo del saber técnico y de la buena aplicación de éste.
"Pero sólo cuando ello quede debidamente garantizado podrá entrarse en el estudio de lo económico para que el nivel de los honorarios sea proporcionado al esfuerzo realizado por el profesional", concluyó.
(SERVIMEDIA)
28 Oct 1991
C