El presidente de Confemetal afirmó también que no hay razones para la alarma sindical y el anuncio de posibles movilizaciones en el sector si se producen incumplimientos de los acuerdos firmados, y dijo que "ni se han producido incumplimientos de convenios fimados", ni es intención de la patronal denunciarlos, como ha ocurrido en Alemania.

Lo que sí dejó claro es que la negociación colectiva del año que viene "no puede estar indiciada" por los agentes sociales del sector, ya que, determinar lo que ha de pasar en todas las empresas del metal "es el mejor camino para no salir jamás de la crisis", que según sus estimaciones durará en el mejor de los casos 9 meses y en el peor unos 18, por lo que "1994 debe ser un año de saneamiento".

Pascual se mostró prtidario de que los sindicatos negocien en cada empresa, ya sea pública o privada, con su dirección la mejor forma para atajar los problemas que tienen planteados, de manera que un recorte global de salarios no tenga que afectar a quienes no lo necesitan, o que una subida general beneficie a trabajadores de empresas que no lo pueden soportar.

También dijo que las centrales sindicales deben variar su discurso de subidas mínimas sectoriales, ya que "ahora tiene la oportunidad de justificarse para el sigo XXI".

En su opinión, la moderación de los salarios, como vía imprescindible para mejorar la competitividad en costes de las empresas, y la flexibilidad laboral, para poder amortiguar en la plantillas las fluctuaciones de la demanda, son los dos factores necesarios para sacar del pozo al sector del metal, y el resto de la industria del país.

Además, advirtió que estas dos medidas, por sí solas, no serán suficientes para superar la depresión, pero adelantó que sin ellas no será posible hacer frene a la recuperación, que deberá venir de la mano de la reactivación económica de Estados Unidos y Alemania.