La expansión de esta enfermedad es consecuencia de diversos factores, entre los que destacan los cambios registrados en la dieta durante los últimos años, la contaminación atmosférica y medioambiental, la amplia gama de productos químicos con los que convivimos a diario y el estrés.

Muchos de estos factores están relacionados con la vida en las grades urbes, donde el número de niños asmáticos es sensiblemente mayor que en los localidades pequeñas y zonas rurales.

La SEPAR advierte sobre la importancia de un diagnóstico rápido y correcto, ya que en muchos casos la familia desconoce que el menor padezca esta afección y la confunde con otras. Un error de apreciación frecuente consiste en equivocar este trastorno con catarros repetidos.

La consecuencia de este y otros equívocos es que esos niños que son asmáticos no se pueden beneficiar de la alidad de los tratamientos actuales. Según el doctor Pérez-Yarza, miembro del grupo de trabajo sobre asma de la SEPAR, "si se actuara correctamente más del 90 por ciento de los niños conseguiría llevar una vida prácticamente normal".

El doctor Pérez-Yarza recomienda a los niños asmáticos practicar la natación y a los adultos que conviven con ellos no fumar en su presencia, ya que el humo del tabaco está considerado como uno de los agentes más implicados tanto en el origen como en el mantenimiento del sma.