"No tiene sentido declararlo desierto. No se trata de que el proyecto ganador sea la perfección suma y el resto sean malos. Lo lógico sería premiar uno por encima de los demás, el que sea más brillante", dijo Tusell.

Según el historiador, la decisión del jurado ha provocado que crezca la incertidumbre ante el futuro del Museo del Prado. "El famoso Prado del siglo XXI puede quedarse para el siglo XXII o XXIII", apuntó en tono irónico el historiador.

A su juicio, es "absurdo" que elconcurso de ampliación del Prado contemplara en sus bases la utilización del Claustro de los Jerónimos sin antes negociar con la Iglesia, que es la propietaria del claustro.

Según Tusell, lo que necesita el Prado para resolver su problema de espacio es un nuevo edificio. "El Prado necesita lo que ya tenía en el año 1982, es decir otro edificio, porque el que tenía fue ocupado por la Fundación Thyssen", dijo.

En su opinión, una buena posibilidad para ampliar el Prado sería utilizar el Palacio de Benavista, en la Plaza de Cibeles, actual sede del Cuartel General del Ejército. "Esta posibilidad es más práctica que algunos proyectos arquitectónicos muy complicados", añadió.