El gerente de la AMAC, Marià Vila, afirma en un artículo que publica el últmo número de la revista "Estratos", que edita la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), que "sólo si existen garantías reales de beneficios que repercutan directamente en la población, aparecerán candidatos voluntarios para albergar el almacenamiento de los residuos radiactivos".

El presidente de Enresa, Antonio Colino, ha reconocido que la creación de un almacenamiento para este tipo de residuos sólo será posible si es aceptado por las poblaciones afectadas.

El gerente de la AMAC tamién apuesta por el consenso como única fórmula posible para que tenga éxito el proyecto, pero advierte que para obtener el apoyo de los municipios se debe elaborar un plan global de inversión en la zona que acoja la instalación nuclear.

Según Marià Vila, este plan global de inversión debe generar un incremento real de riqueza y crear empleo para lograr que aumente la calidad de vida de la población.

Para conseguir este objetivo, la AMAC considera imprescindible la colaboración de todas las adminitraciones públicas, de Enresa y de las compañías eléctricas.

Sin embargo, el gerente de la agrupación de municipios denuncia la "actual política de silencio" de los organismos y administraciones encargados de gestionar los residuos de alta actividad en relación a la búsqueda de emplazamiento para el almacenamiento, y reclama la rápida aprobación de la Ley de Residuos Radiactivos para acabar con esta situación.

Marià Vila afirma que si finalmente se opta por una "política de hechos consumados", lo municipios "se verán obligados a adoptar medidas de oposición duras".