MADRID

LA MUJER DE SÁNCHEZ MONTERO DICE QUE NUNCA HA HABIDO "MENOS SOLIDARIDAD" QUE AHORA, AUNQUE SE HABLA DE ELLA MÁS QUE NUNCA

- De la Vega entregó la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a título póstumo al histórico dirigente comunista

MADRID
SERVIMEDIA

Carmen Rodríguez Campoamor, esposa del histórico dirigente comunista Simón Sánchez Montero, pidió hoy a todos los presentes en el acto de homenaje a su memoria que se celebró en el Congreso, que luchen "por la paz, la educación y la solidaridad. Nunca se ha hablado más de la solidaridad, y nunca ha habido menos solidaridad que ahora".

La mujer del político antifranquista, hizo un recorrido emocionado por los avatares de su vida junto a Sánchez Montero y relató numerosas anécdotas ante más de un centenar de políticos y sindicalistas, que acudieron a la entrega de la Gran Cruz de la Órden del Mérito Civil, que corrió a cargo de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

La concesión de esta condecoración la acordó el Consejo de Ministros a instancias de Izquierda Unida, a la que Carmen Rodríguez agradeció su apoyo. También tuvo palabras de agradecimiento para los abogados que defendieron a los antifranquistas durante años y para los miles de luchadores anónimos, que fueron también encarcelados y murieron por la defensa de la libertad.

Elogió, sobre todo, la defensa de la palabra como arma para convencer, a la que Sánchez Motero recurría sistemáticamente. En ese sentido, el presidente del Congreso, Manuel Marín, que presidió el acto, insistió en que "no debió ser fácil sentarse con sus oponentes en el Congreso, escuchar, intentar llegar a acuerdos y ceder en muchas ocasiones".

SIN INSULTOS

Pese a haber sido encarcelado y torturado, ya durante la elaboración del texto constitucional y el proceso de transición democrática posterior, dijo Marín, "nunca le oí una descalificación personal o un insulto".

De hecho, recordó el presidente de la Cámara Baja, se le oía decir "con acierto" en los debates constitucionales, que "lo imperdonable sería que por pretenderlo todo de una vez, no se consiguiera nada".

Tanto Marín como el poeta Luis García Montero, recordaron una conocida anécdota del homenajeado, que al ser preguntado por su torturador sobre las razones de su filiación comunista, le respondió "soy comunista para que un día nadie te pueda hacer en España lo que tú me estás haciendo a mí".

La vicepresidenta primera del Gobierno y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, pusieron el acento sobre el talante dialogante de Sánchez Montero, que permitió avanzar en la transición hacia un modelo democrático, y le atribuyeron el mérito apadrinar el sistema de libertades actual.

Antes de finalizar el acto, Marín obsequió a la esposa del histórico dirigente comunista con una polvera de bronce que contenía una miniatura de la Constitución a cuya aprobación tanto contribuyó.

Entre los asistentes estuvieron el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo; el ex ministro de UCD y padre de la Constitución, Rodolfo Martín Villa; el portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido; el secretario general de ese mismo grupo, Julio Villarrubia, y diputados socialistas como Francisco Fernández Marugán y Vitorino Mayoral.

En nombre de Izquierda Unida estuvo también presente la diputada Monserrat Muñoz. Se dio la sorprendente circunstancia de que ni el secretario general del PCE, Francisco Frutos, ni el su presidente ejecutivo, Felipe Alcaraz, acudieron al homenaje de quien fue durante décadas un significado dirigente comunista.

La concesión de este importante reconocimiento fue acordada por real decreto del Consejo de Ministros el 29 de diciembre de 2006, después de que IU-ICV lo reclamara en una proposición no de ley que fue aprobada por la Comisión Constitucional y por el Pleno del Congreso y cuando Sánchez Montero ya había fallecido.

Nacido en 1915 dentro de una humilde familia campesina manchega, Simón Sánchez Montero emigró a los 12 años a Madrid para trabajar en diversos oficios. Se afilió al sindicato de panaderos de UGT y posteriormente, en 1936, a las JSU y al PCE. Luchó como miliciano en la guerra hasta la caída de Madrid.

Militó en la clandestinidad durante 40 años y pasó 17 en la cárcel. Miembro del Comité Central del PCE desde 1954 y de su dirección ejecutiva desde 1956, fue responsable de los comunistas madrileños en varios períodos y diputado en el Congreso en las Cortes Constituyentes de 1977 y en 1979.

(SERVIMEDIA)
17 Dic 2007
S