Monseñor Tarancón, de 87 años, murió a las 5 y 36 minutos de esta mañana en la Clínica de Nuestra Señora de la Salud, de Valencia, a consecuencia de un cáncer de pulmón.

La delegación del Arzobispado de Madrid, formada por el obispo auxiliar monseñor Luis Gutirrez y varios representantes del Cabildo de la Catedral, que viajó hoy a Valencia para ocuparse de los preparativos del traslado del cuerpo del arzobispo émerito, llegará mañana a primeras horas de la tarde acompañando los restos mortales de monseñor Tarancón.

Según informó hoy el Arzobispado, la capilla ardiente de monseñor Tarancón será instalada mañana por la tarde en la Colegiata de San Isidro, situada en la calle de Toledo, donde permanecerá el tiempo suficiente para que todos los fieles que lo dseen den su último adiós al cardenal.

Por expreso deseo de monseñor Tarancón y su familia, recibirá sepultura en la misma colegiata, entre las tumbas de don Leopoldo Eijo y Garay y la de don Casimiro Morcillo, ambos prelados de esta diócesis.

Nada más conocerse el fallecimeinto comenzaron a sucederse las reacciones, cuyos protagonistas destacaron la importancia del papel que jugó el cardenal Tarancón en vida española. La familia del prelado agradeció a los medios de comunciación el interés y el rspeto que han demsotrado durante los días que ha estado hosptializado.

El cardenal había ingresado en la Clíncia de Nuestra Señora de la Salud el pasado miércoles, aquejado de una grave insuficiencia respiratoria que fue gravándose hasta provocarle un coma profundo ayer, domingo. Desde entonces, los médicos que asitían al cardenal habían perdido toda esperanza de recuperación del anciano prelado.