El texto se refiere a la muerte "de un español ilustre y abnegado", que "por la paz de todos los españoles -como proclamó emocionado en su discurso de renuncia a la Corona, que le correspondía ceñir por derecho sucesorio- supo abdicar, en un gesto lleno de dignidad y patriotismo, a favor de Juan Caros I".

"Galicia está de luto y todos los gallegos debemos mostrar nuestra gratitud y respeto a tan egregia y singular figura", indica el comunicad,o en el que se califica al conde de Barcelona como "defensor incansable de los valores democráticos, padre bondadoso y ejemplar y solícito consejero de su hijo, particularmente en determinados momentos difíciles para nuestra patria".

Fraga y García Sabell subrayan que el padre del Rey "se mantuvo siempre vinculado a Galicia por lazos de estrecha cordiaidad y afecto".

"Muchos compostelanos pudieron verlo en la catedral de Santiago, el pasado Año Santo, como un peregrino más, para rendir culto al patrón de las Españas, nuestro apóstol, y ganar el jubileo".

Además, el texto se refiere a don Juan como "hombre de honda vocación marinera, almirante de honor de España, que arribó en múltiples ocasiones a los puertos de La Coruña, Vigo y de otras localidades costeras de nuestra tierra, donde siempre demostró abierto interés por nuestros problemas y co su cordialidad dejó muy sólidas y fieles amistades entre nuestra gente".