Había sido trasladado al hospital el pasado lunes, después de dormir dos horas de siesta en un cobertizo que tenía el techo de uralita, por lo que ingresó en el hopital con una temperatura corporal de 42 grados, debido al golpe de calor que había recibido.

El subdirector médico del hospital sevillano de Valme, Rafael García, aseguró hoy que "se trata de un caso excepcional, ya que no es normal que un paciente fallezca por un golpe de calor, aunque pueda contribuir a agravar el estado de algunos enfermos".

El responsable médico explicó que "este anciano que ha fallecido ha sido un caso muy particular porque era una persona obesa, de avanzada edad y que habí tenido ya problemas cardiovasculares, habiendo sufrido un infarto con anterioridad".

Rafael García destacó que "no tenemos ahora mismo ningún paciente ingresado por esta circunstancia sino que además no se ha registrado una demanda excesiva en el área de urgencias como consecuencia del fuerte calor".

Señaló que "la población que corre mayor riesgo de verse afectada por el calor son las personas obesas, las personas de una edad ya avanzada, especialmente mayores de 65 años, y los alcohólicos".

El subdirector del hospital sevillano recomendó para combatir las altas temperaturas a base de "intentar pasar las horas de más calor en una zona o habitación ventilada y adecuada, evitando una exposición desorbitada al sol".