MUCHOS ATLETAS QUE FRACASAN EN LAS OLIMPIADAS PRECISAN POSTERIORMENTE TRATAMIENTO PSICOLOGICO
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"En un porcentaje elevado delos atletas que fracasan en la alta competición, como por ejemplo en las Juegos Olímpicos, aparece la frustración personal, que en numerosos casos precisa tratamiento psicológico", según afirmó hoy en Pamplona Fernando Sarrais, especialista en Psicología Médica y Psiquiatría de la Clínica Unviersitaria de Navarra.
Los atletas que no han cumplido sus aspiraciones, avaladas y acrecentadas por las valoraciones de los expertos, como por ejemplo el maratoniano Martín Fiz o las jugadoras de la selección naconal de hockey sobre hierba, han estado sometidos a una enorme presión psicológica que no ha podido liberarse con la obtención del triunfo.
Sarrais asegura que la práctica totalidad de los deportistas, incluso aquellos que no manifiestan externamente su situación anímica, deben soportar una enorme presión psicológica antes, durante y después de la competición.
"Antes, por el enorme sufrimiento que suponen los entrenamientos, la incertidumbre de lograr las marcas, superar a los rivales, el temor a fracaso y a defraudar a un numeroso grupo de personas. Durante, por las dificultades y características propias de la prueba de clasificación para las finales, por el temor a cometer errores o por el afán de conseguir ventaja sobre los adversarios".
"Después de realizar el ejercicio", añade el doctor, "incluso si ha conseguido un éxito parcial, el deportista debe soportar la espera de las siguientes pruebas y controlar la imaginación para no echar las campanas al vuelo, porque con ello disminuiría su oncentración y motivación. Si ha fracasado, el deportista debe tener la suficiente resistencia psicológica para superar su frustración y la que le transmiten los demás al pedirle explicaciones sobre el fracaso".
En ocasiones la frustración supera con creces la resistencia psicológica. "Entonces se produce en el atleta un derrumbamiento psíquico que consiste en un síndrome depresivo, cuyos síntomas más evidentes son la irritabilidad y la rabia, el aislamiento social, la desmotivación para cualquier esferzo posterior, la tristeza, la incapacidad para ilusionarse", según Sarrais.
Esta situación psicológica requiere un tratamiento cualificado mediante psicoterapia e incluso fármacos. El descanso físico y mental, el apoyo anímico de los que le rodean y el ilusionarse con nuevos objetivos ayudan a la recuperación psicológica del deportista.
(SERVIMEDIA)
06 Ago 1996
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