El Ayuntamiento de Linares se encuentra mientras tanto reunido en un pleno extraordinario para aprobar una moción pactada por todos los grupos políticos en apoyo al mantenimiento de los puestos de trabajo de Santana Motor.

A lo largo de la jornada de hoy un millar de trabajadores, con el comité de empresa a la cabeza, se constituyeron en asamblea permanente en espera de algún anuncio oficial acerc del porvenir de la empresa por parte del Consejo de Administración de Santana, reunido en Madrid.

A pesar de esta concentración a las puertas de la empresa, en ningún momento se interrumpió la actividad en Santana, aunque los trabajadores bloquearon las puertas de la fábrica para impedir la salida de los vehículos de la planta.

Un grupo de trabajadores tiene previsto encerrarse esta noche en la fábrica, mientras una delegación del comité de empresa se entrevistará mañana con la dirección de santna y con el Ministerio de Industria, ante sus sospechas de que la fábrica se está desmantelando, ya que han observado la salida de 20 camiones diarios, cuando lo normal es que de la factoría salga uno diario.

Ni el Ministerio de Industria ni la Junta de Andalucía confirmaron o desmintieron la noticia de que la multinacional japonesa cesará la producción de coches en Santana.

La Junta de Andalucía, a través de su consejero de Trabajo, Francisco Oliva, exigirá a Suzuki que cumpla los acuerdos firmaos el pasado mes de abril con Santana, por los que la multinacional se comprometió a invertir en la planta de Linares más de 40.000 millones de pesetas a cambio de las ayudas de la Administración andaluza y de que los trabajadores aumentaran la producción.

En el pasado mes de mayo, Santana realizó una operación acordeón, en la que redujo su capital social tras acumular pérdidas de casi 15.000 millones de pesetas. Sin embargo, la operación fracasó al presentarse sólo a la ampliación de capital Suzuki,desde entonces la cotización de las acciones de Santana permanece suspendida por orden de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Linares vive pendiente de la situación de Santana, ya que más de 2.500 familias de la localidad dependen de esta factoría, para la que también trabajan numerosas industrias auxiliares.