Los internos de la galería de menores comenzaron el altercado golpeando las badejas de la comida contra ventanas y puertas, actitud que fue seguida, incendiando colchones y mantas, por los restantes presos.

La causa egrimida por los amotinados fue "el hacinamiento del centro", poblado con más de 500 individuos cuando sólo está pensado para la mitad, según reconoció el director.

Sin embargo, la mayoría de los presos sublevados "desconocían los motivos de la revuelta e incluso me preguntaban por ellos cuando entré en las celdas", añadió.

El motín de los presos de Granada, que no provocó incidentes al haberse iniciado una vez los internos estaban encerrados en sus respectivas celdas, coincidió con el primer anivrsario de la fuga del mismo centro del número 2 del Grapo, Fernando Silva Sande, aún en paradero desconocido.

El dispositivo policial montado a las puertas de la penitenciaría no tuvo que se activado, aunque las fuerzas de seguridad y los funcionarios, una vez aplacados los ánimos de los presos, requisaron en las celdas una veintena de armas blancas.

Los incendios originados en el interior de las galerías fueron rápidamente sofocados sin llegar a mayores. Los destrozos en el moviliario de las celas son cuantiosos, debido a la actitud violenta de los amotinados.

Según el director de la prisión, 90 minutos antes del suceso, el supuesto cabecilla de la operación mantuvo una entrevista con él, exponiendo los motivos que luego, al parecer, le llevaron a provocar el incidente.

Para ello, el supuesto inductor del motín ejerció presión sobre los presos en los que más tiene influencia, los de la galería de menores.