Este contacto es una más de los varios que han mantenido los tres en las últimas semanas. El miércoles de la semana pasada, sin ir más lejos, se produjo una conversación telefónica entre Sevilla y Piqué.

La cena del lunes se celebró en Madrid, según las mismas fuentes, y tuvo lugar horas después de que Piqué levantara una fuerte polémica interna en su partido con unas declaraciones a Catalunya Radio en las que aseguraba que el secretario general de su partido, Angel Acebes, y el portavoz del grupo parlamentario, Eduardo Zaplana, representan "al pasado". El interés tanto del PSC como del PSOE es ganarse el apoyo del PP en Cataluña, que interesa tanto como el de CiU y ERC porque temen que la Dirección Nacional de los Populares use el debate del estatuto como una nueva cesión del PSOE ante su socio Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Las fuentes informantes sostienen que los términos del diálogo fueron "globales", no relativos a las enmiendas que el PP amenaza con presentar a todos los artículos del Estatut que se vota el próximo 29 de julio en el Parlament.

El PP estaría dispuesto a renunciar a parte de esas enmiendas de las que ayer habló el ponente del PP, Francesc Vendrell, a cambio de que el PSC "dulcifique" lareforma final, aseguran las fuentes populares informantes.

EVITAR PROBLEMAS EN GALICIA Y PAÍS VASCO

Montilla y Sevilla expresaron a Piqué la importancia del apoyo del PP porque, aunque la reforma pueda salir adelante sin su apoyo (al ser ley orgánica, en Las Cortes sólo es necesariamayoría absoluta), se abriría una dinámica peligrosa.

El ministro de Administraciones Públicas no ocultado en ningún momento que es partidario de esperar a que el PP pueda sumarse al consenso. El PSC creen que ya es el momento de que se vote el 29 de julio "haya o no acuerdo", según fuentes socialistas consultadas por esta agencia.

Sevilla y buena parte del Ejecutivo central temen que un aislamiento del PP en Cataluña pueda darle la excusa perfecta a Rajoy para dejar sólo al PSOE en las otras dos comunidades autónomas donde hay partidos nacionalistas, País Vasco y Galicia.

En concreto, el Parlamento de Galicia no se puede aprobar ninguna reforma sin el apoyo del PP (hace falta mayoría cualificada), y en Euskadi los socialistas no quieren aparecer muy alejados del PP en este tema.

Desde el PP catalán se admite que con un eventual apoyo del PP catalán de Piqué quien menos gana a priori es Mariano Rajoy, pero, a la postre, dicen, también servirá al presidente del PP para "ponerse la medalla" en lo que se puede presentar como una operación de Estado.