Así se expresó en una entrevista en TVE, recogida por Servimedia, tras ser preguntada por los insultos y descalificaciones personales recibidas el pasado miércoles en la Cámara Baja por una diputada de Vox.

"No pensé en dejarlo porque entiendo mi responsabilidad política. En esos momentos difíciles tenemos que dar la cara y demostrar que somos más y neutralizar el daño que nos quieran hacer. No hay violencia política que sea capaz de frenar al feminismo. Hacia mucho tiempo que no vivíamos tantos avances en derechos de mujeres" y eso no gusta a la derecha y a la extrema derecha, aseveró.

En cualquier caso reconoció que vive "con mucha preocupación la violencia política desplegada por la extrema derecha y la derecha", que es "una estrategia para frenar los avances feministas" y que "en el momento en el que no me afecte es que ya no estaré preparada para asumir una representación".

Reconoció que le dolió mucho escuchar que es una inútil, la mujer de, que hace leyes chapuzas, que "mis decisiones las toma un macho alfa". "Lo del otro día fue la gota que rebasó un vaso, pero antes se habían echado muchas gotas, en una estrategia diseñada. Y encima me dicen que quien siembra vientos, recoge tempestades porque defiendo derechos. Insisto, es una estrategia perfectamente diseñada y continuada" contra su persona, aunque antes, reseñó, "ya se hizo con María Teresa Fernández de la Vega o contra Bibiana Aído", con el objetivo de "frenar los avances feministas".

"La democracia significa que podemos criticar pero la mentira y el odio tienen que quedar fuera. La democracia es más fuerte que la derecha y la extrema derecha de este país", concluyó.