MONSEÑOR GEA. CARTA ABIERT DEL OBISPO DE MONDOÑEDO-FERROL A LOS PARLAMENTARIOS CATOLICOS CON MOTIVO DE LA LEY DEL ABORTO
- A los parlamentarios católicos que voten la ley: "Para la Iglesia, católicos así sois peso muerto".
- En referencia a Francisco Vázquez (PSOE), contrario a la ampliación del aborto: "Hay que descubrise ante un hombre así. Es ejemplo a seguir por los parlamentarios católicos de cualquier partido".
- "Las razones que se esgrimen en su defensa (del aborto), sólo valen para prsonas con pocas luces y con poca cultura"
- "En cuanto a meter en la cárcel a las madres que abortan, deben ser los jueces quienes valoren las causas atenuantes o agravantes que haya podido haber en el hecho delictivo"
- "Lo que uno se pregunta es cómo nuestros católicos parlamentarios que pertenecen a esos partidos (los que apoyan el aborto) no tienen la talla moral suficiente para negarse a votar leyes que autorizan la supresión de vidas humanas inocentes, por muco que les presionen dirigentes radicales de su partido"
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
A continuación reproducimos íntegramente la carta abierta del obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, que, bajo el título "A los parlamentarios católicos con motivo de la ampliación del aborto", el prelado ha dirigido a los diputados y senadores católicos:
"El Partido Socialista parece empeñado en sacar adelante, aunque sea por el procedimiento de urgencia, la ampliación de la Ley del Aborto. Se le ha unido Izqierda Unida, que quiere ampliarlo todavía más.
Permítanme unas palabras a los parlamentarios católicos.
Saben todos ellos perfectamente que el aborto, llámese como se llame, consiste en suprimir una vida humana, tan digna como la nuestra; y que el Estado ni se puede cruzar de brazos ante estos hechos, ni, menos, autorizarlos por ley.
Saben también que las razones que se esgrimen en su defensa, sólo valen para personas con pocas luces y con poca cultura. La cuestión de fondo es si la madre o ualquier otro tienen derecho a suprimir una vida humana inocente e indefensa. En cuanto a meter en la cárcel a las madres que abortan, deben ser los jueces quienes valoren las causas atenuantes o agravantes que haya podido haber en el hecho delictivo.
Dado que ser católico no consiste sólo en ir a misa, sino, además, en ser coherente con la fe, tanto en la vida privada como en la pública, cualquier parlamentario católico, por poco que se precie de serlo, no debe doblegarse a las directrices de su partdo en cuestiones que chocan frontalmente con su fe y su moral; también hoy día debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.
Lo que uno se pregunta es cómo nuestros católicos parlamentarios que pertenecen a esos partidos, no tienen la talla moral suficiente para negarse a votar leyes que autorizan la supresión de vidas humanas inocentes, por mucho que les presionen dirigentes radicales de su partido. En la última votación del Congreso ya ha habido parlamentario que, por sentirse católico, ha roto cn la disciplina de partido y ha votado en contra de la ampliación del aborto. Hay que descubrirse ante un hombre así. Es ejemplo a seguir por los parlamentarios católicos de cualquier partido.
Dada la gravedad que supone la legalización de estos hechos, les digo a los parlamentarios católicos que votan en favor de la ampliación del aborto: Si la Iglesia castiga con la excomunión a todos aquellos que toman parte en un aborto, pensad en vuestra responsabilidad delante de Dios al permitir y apoyar estos echos delictivos. Estáis actuando totalmente en contra de vuestra fe. Reconoced que os habéis dado de baja en la Iglesia católica, en cuya fe y moral os habéis educado. Soy consciente de que es muy duro esto que os digo; pero para la Iglesia, católicos así sois peso muerto.
Ya me cuidaré de dirigir frases como éstas a las madres que abortan. A ellas les digo con palabras del Papa: 'No os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en s verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrenpentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Os daréis cuenta de que nada está perdido y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor'.
El mismo tono desearía emplear con vosotros. ¿Llegará el día en que recapacitéis sobre la gravedad de vuestra conducta? Mientras tanto, ¿será extraño que siga recomendando a mis católicosque no voten a los partidos que fomentan el aborto?".
(SERVIMEDIA)
29 Nov 1995
GJA