Fuentes de La Moncloa aseguran que la polémica se ha hablado, reconducido y cerrado, dejando claro el respaldo al sector, por lo que confían en que no se produzcan más cruces de declaraciones tras la reunión del ministro, en la sede de Consumo, con representantes de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

En La Moncloa quieren concluir este capítulo que han alimentado las dos parte del Ejecutivo y tras días de intercambio de recados entre miembros del Gabinete llegando hasta la crítica a las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando lamentó esta polémica.

Justo antes de la reunión con UPA, Garzón fue entrevistado en el programa 'Carne cruda', y eludió en todo momento comentar la falta de apoyo que ha tenido en la polémica por la parte socialista del Gobierno y el PSOE, pero sí dejó caer que no podía valorar “las tácticas y estrategias de nuestro socio”. Por lo demás, insistió en su convicción de que sobre lo que realmente dijo a 'The Guardian', más allá del "bulo" del que se siente víctima, “hay consenso dentro del Gobierno”. Es decir, sobre la apuesta por la ganadería extensiva frente a las macrogranjas.

Desde el sector gubernamental de Unidas Podemos, liderado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, corroboraron a Servimedia esta voluntad de Moncloa de zanjar el tema sin que haya más cruces de declaraciones.

"Se puede ver por los hechos", constataron, deslizando, no obstante, en línea con el parecer de Garzón, que el enfrentamiento en el seno del Ejecutivo "nunca se debió abrir, porque nunca hubo polémica" respecto al contenido de las declaraciones del ministro de Consumo.

Díaz, tras limitarse el lunes a recomendar "cuidar la coalición", fue este miércoles mucho más explícita en su apoyo a Garzón, a quien dijo que respalda "profundamente" porque "sería bastante surrealista que un ministro que está cumpliendo con el acuerdo de Gobierno y con la ciencia tuviera que dar un paso" atrás y dimitir o ser cesado.

También quiso recordar a los ministros socialistas que ella ha asumido decisiones que no compartía pero que el Ejecutivo había adoptado colegiadamente como propias, como sería el caso de la Agenda 2030, que apuesta por la ganadería extensiva y sostenible.