Guerra en Ucrania

La mitad de los niños que se encuentran en Ucrania está en riesgo de no tener suficiente comida, según Unicef

Madrid
SERVIMEDIA

De los 3,2 millones de niños que se calcula que siguen en Ucrania, alrededor de la mitad se encuentra en riesgo de no tener suficiente comida, los cuales se suman a aquellos que carecen de acceso al sistema de agua como consecuencia de los ataques rusos a infraestructuras críticas.

Lo dijo el director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine, durante su intervención este lunes en la sesión informativa del Consejo de Seguridad de la ONU para dar cuenta de la situación humanitaria en Ucrania.

En su alocución, Fontaine hizo balance de su reciente visita a Ucrania, una experiencia que le permitió atestiguar que “en mis 31 años como trabajador humanitario, rara vez he visto tanto daño causado en poco tiempo”, como lo ilustra el reciente ataque a la estación de tren de Kramatorsk.

En ese sentido, puso de manifiesto que “dentro de Ucrania, los niños, las familias y las comunidades están siendo atacados”, una realidad que provoca que de los 3,2 millones de niños que se cree que siguen viviendo en Ucrania, casi la mitad se encuentra en riesgo de no tener comida suficiente.

Del mismo modo, los ataques a la infraestructura del sistema de agua y los cortes de energía han dejado aproximadamente 1,4 millones de personas sin acceso al agua en el país, mientras que otros 4,6 millones únicamente tienen acceso limitado.

Manuel Fontaine aseveró que “la situación es aún peor en ciudades como Mariupol y Kherson”, donde los niños y sus familias llevan semanas sin agua corriente ni servicios de saneamiento, un suministro regular de alimentos ni atención médica, ya que se encuentran refugiados en sus casas y bajo tierra, esperando que cesen los bombardeos y la violencia.

Por su parte, expuso que la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) había verificado, hasta ayer, la muerte de 142 niños y 229 que han resultado heridos, unas cifras que se teme que sean mucho más elevadas.

Manuel Fontaine también señaló que “todos los sistemas que ayudan a los niños a sobrevivir también están siendo atacados”, como hospitales, centros de salud y equipos médicos, al tiempo que denunció que los profesionales están siendo asesinados y heridos.

Por su parte, reseñó que el cierre de escuelas en Ucrania está afectando el aprendizaje y el futuro de 5,7 millones de niños en edad escolar y 1,5 millones de estudiantes en educación superior, mientras que en la región del Donbás, “toda una generación” de chavales “ya ha visto su vida y su educación trastocadas durante los últimos ocho años de conflicto”.

En las últimas seis semanas, continuó Manuel Fontaine, casi dos tercios de todos los niños ucranianos han sido desplazados, dejando todo atrás, lo que provoca que corran “un riesgo mucho mayor de violencia, abuso, explotación y tráfico”, una situación análoga a la que viven las mujeres.

A pesar de ello, celebró la “gran cantidad de apoyo” por parte de los países vecinos de Ucrania en la acogida de los refugiados.

Por otro lado, mostró su preocupación por la “presencia generalizada de restos explosivos de guerra que exponen a los niños al riesgo de muerte y heridas horribles”, lo que se suma al hecho de que “el este de Ucrania ya era una de las extensiones de tierra más contaminadas del mundo incluso antes de la reciente escalada”.

Por último, consideró “indispensable” el trabajo que están realizando los equipos de la ONU sobre el terreno, tanto en Ucrania como en los países vecinos, y concluyó exclamando que “es hora de poner fin a esta guerra”, ya que los niños ucranianos “no pueden permitirse esperar”.

(SERVIMEDIA)
11 Abr 2022
MST/clc