Así lo afirmó esta mañana la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce, en la inauguración del 'Foro nacional sobre medios audiovisuales e infancia', organizado por el Instituto Oficial de Radiotelevisión Española y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Junto a ella, inauguraron el foro la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, y el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.

Según explicó Valcarce, el plan tratará aspectos "de toda índole": educativos sociales, sanitarios, de servicios sociales, de justicia, etcétera. De este modo, sumará "a todas las administraciones" para ocuparse de "todos los aspectos que inciden en los niños y los jóvenes en España", y elaborará materiales que sirvan de "guía y orientación" a padres y educadores.

Valcarce añadió que "llevamos trabajando en él un año" y que se han buscado "grandes consensos". Para "sumar voluntades" el plan cuenta con la participación del Gobierno, de expertos de toda España y de las comunidades autónomas.

Asimismo, adelantó que una de las medidas que incluirá el plan será que se preserven los derechos de los niños y los jóvenes ante la televisión y las nuevas pantallas (el móvil, los videojuegos, Internet, etcétera), su derecho a la educación y la fomación en valores.

Valcarce señaló la importancia de que "seamos muy vigilantes en el cumplimiento del código de autorregulación" de la televisión, e incidió en la necesidad de crear códigos similares para las llamadas nuevas pantallas.

El plan que se presentará mañana también irá dirigido a las familias, ya que "hay que recordar que más de dos millones de niños están frente al televisor después de las doce de la noche, cuando 'Los Lunnis' les dan las 'buenas noches' a las nueve", añadió.

CONSUMO DE VÍDEOJUEGOS

Valcarce hizo hincapié en la influencia que los vídeojuegos tienen en el desarrollo de la infancia, dado el gran número de horas que los niños dedican a esta nueva forma de entretenimiento que, en su opinión, se está convirtiendo en "una forma cultural del siglo XXI".

Según datos de un estudio de la Asociación Española de Distribuidores y Editores del Software de Entretenimiento, realizado en 2005, el 42% de la población española entre siete y 34 años juega habitualmente a vídeojuegos (lo que supone siete millones de jugadores). Este porcentaje se eleva al 62%, cuando se trata de la población entre 7 y 13 años, y al 74% cuando se refiere a los adolescentes de entre 14 y 17 años. Además, se estima que la población masculina consume más vídeojuegos que la femenina.

Para "preservar la formación y el bienestar de los niños", España se ha adherido al Código Paneuropeo sobre la Información de Juegos (Código PEGI), al que también están adheridos "los 15 países occidentales de la Unión Europea". Se trata de un código por el que los fabricantes y distribuidores de vídeojuegos deben incorporar, en estos productos, información sobre el tipo de contenidos que incluyen y la edad recomendada para su uso.

Valcarce resaltó que los vídeojuegos y móviles, que escapan más fácilmente al control de los adultos que la televisión, pueden ser transmisores de contenidos "nocivos" para los niños (información que puede llevar a conductas discriminatoias, xenófobas, violentas, tendentes a la anorexia, etcétera).

Sin embargo, estos instrumentos pueden ser utilizados "en positivo". En este sentido, se refirió a la utilización de las nuevas tecnologías en el aula, y a una utilización acompañada de explicaciones por parte del padre o educador.

A su juicio, estas 'nuevas pantallas' pueden estimular la imaginación más que la televisión, al requerir una conducta más activa y mayor concentración, por parte del niño. Asimismo, valoró que estos instrumentos pueden fomentar la empatía (que el niñó se ponga en el lugar del otro) y pueden contribuir al desarrollo de las capacidades intelectuales de los alumnos.