CATALUÑA

UN MILLÓN DE ESPAÑOLES PRESENTA PROBLEMAS DE CONSUMO CRÓNICO DE ANSIOLÍTICOS, FÁRMACOS QUE PUEDEN CREAR DEPENDENCIA

MADRID
SERVIMEDIA

Los médicos de familia estiman que un millón de españoles (el 2,5% de la población general) presenta un problema de consumo crónico de ansiolíticos o tranquilizantes, un tipo de medicamentos que, a largo plazo, puede crear dependencia y trastornos de memoria.

A juicio de los expertos, detrás del alto consumo de estos medicamentos, sobre todo en el caso de las mujeres, que constituyen el 70% del universo que los toma, están factores como una sociedad de bienestar con elevadas expectativas y escasa tolerancia al fracaso, una actividad laboral cada vez más exigente e insegura, la falta de apoyos familiares y redes sociales, las dificultades de convivencia y comunicación en el seno de las propias familias, la soledad, etc.

Con este motivo, los facultativos de cabecera, que son los profesionales que más prescriben estos tratamientos, aprenden actualmente técnicas de deshabituación a estos fármacos, que, de forma esporádica, consume entre un 10 y un 20% de la población española.

"La formación es fundamental porque no sólo asumimos el seguimiento del paciente con trastornos de ansiedad, insomnio y depresiones leves, sino que también decidimos cuándo y cómo debe abandonar la medicación", ha explicado la doctora Catalina Vicens, del Equipo de Atención Primaria Son Serra- La Vileta de Palma de Mallorca.

La doctora Vicens participa en las XII Jornadas de Actualización en Medicina de Familia, que hoy y mañana se celebran en Sevilla y a las que asisten cerca de 300 médicos de familia de toda España.

Estas jornadas forman parte del Programa de Formación Médica Continuada (FMC), una iniciativa que cuenta con el aval científico de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la cátedra Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)- Novartis.

El consumo de benzodiacepinas (tranquilizantes y ansiolíticos) en España es elevado, con un incremento interanual aproximado de un 7%, aunque en los últimos tres o cuatro años se va frenando, indican los médicos de cabecera.

Por otra parte, los especialistas advierten que si se interrumpe su consumo de forma brusca pueden provocar problemas y malestar al paciente. En estos casos, explica la doctora Vicens, suelen aparecer síntomas propios de un síndrome de abstinencia, como dolor de cabeza o nerviosismo, que inducen al afectado a seguir tomando la medicación.

La mejor manera, advierte esta experta, "de retirar el tratamiento de forma adecuada consiste en explicar al paciente que muchas de esas molestias tienen su origen en la dependencia generada a la propia medicación y una posible solución pasa por empezar a reducirla de forma gradual, entre el 10 y el 25% de la dosis cada dos semanas, de tal modo que el organismo apenas perciba esta disminución".

(SERVIMEDIA)
28 Sep 2006
IGA