UN MILLON DE ESPAÑOLES PADECEN BAJA VISION, LA MAYORIA MAYORES DE 65 AÑOS
- 10.000 pacientes han pasado por el centro de Baja Visión Angel Barañano, donde se potencia al máximo el resto visual
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En España se calcula que existen alrededor de un millón de personas con baja visión, la mayoría de ellos, un 85%, mayores de 65 años cuya visión se ha ido deteriorando hasta ser incapaces de desenvolverse con normalidad en las tareas cotidianas.
La mitad de ellos padecen una degeneración macular asociada a la edad y el resto presentan diversas patologías como retinosis pigmentaria, cataratas no operables o retinopatía diabética, que no tienen más respuesta desde el punto de vista de la oftalmología.
Para dar respuesta a las necesidades que presentan estas personas, que debido al envejecimiento de la población irán en aumento, nació el Centro de Baja Visión Angel Barañano, por el que han pasado más 10.000 personas desde su creación en el año 2002.
"Nunca damos más visión", explica el director del centro, Angel Barañano. "Sacamos el mayor partido a la visión que el paciente tiene. No sustituimos la atención oftalmológica, somos atenciones complementarias".
Dolores Abril, representante del CEAPAT-Imserso, perteneciente al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, fue la encargada de presentar esta iniciativa que coincide con los objetivos del CEAPAT de difundir e informar sobre todos aquellos avances tecnológicos que potencian la independencia de las personas mayores y dependientes.
En este sentido, explicó que el centro distribuye, informa y asesora sobre la tecnología existente para baja visión, apoyándose en un equipo interdisciplinario especializado en rehabilitación visual y formado por optometristas, oftalmólogos y terapeutas.
En sus instalaciones se realiza una evaluación del resto visual útil del paciente, a quien se le prescribe la ayuda técnica adecuada y se le entrena para su utilización. Posteriormente se les realiza un seguimiento periódico.
El centro proporciona ayudas ópticas -microscopios, sistemas telescópicos, lupas- y electroópticas, pero también se ocupan de enseñar a los pacientes a mejorar el uso de la visión que conservan.
En este sentido, ofrece a los usuarios programas especiales de habilidades para la vida cotidiana y técnicas de movilidad. Se les enseña a reconocer el dinero, a comportarse en la mesa, a reconocer prendas y a desenvolverse con normalidad a la hora de realizar tareas como cocinar, planchar o afeitarse, explicó Barañano. También a moverse sin problemas por la ciudad en transporte público o gracias a un bastón.
Un estudio realizado por el propio centro sobre 1.123 pacientes puso de manifiesto que, en un 89,05% de los casos, las técnicas empleadas suponen un beneficio para los afectados.
(SERVIMEDIA)
04 Feb 2005
SBA