Los técnicos de la Dirección General del Medio Natural de la Generalitat comenzaron el pasado martes a trasladar la mayor cantidad de peces posible -carpas y barbos principalmente- a balsas cercanas al panano. Entonces sólo quedaban cuatro metros de agua y varios miles de peces ya habían muerto por falta de oxígeno.

Los peces muertos serán arrojados a partir de hoy con la ayuda de palas excavadoras en una gran zanja realizada a tal efecto junto al embalse, ya que su descomposición produce un fuerte hedor perceptible desde el vecino pueblo de Els Guiamets.

Joan Castellví, alcalde del pueblo, manifestó hoy su preocupación por la sequía, que echará a perder las cosechas de muchas hectáreas de frutale que se regaban con el caudal del pantano, y por las posibles infecciones que se puedan derivar de la descomposición de los peces muertos.

Dentro de tres meses comenzarán las obras para recubrir el fondo del pantano y eliminar así las fugas. El municipio estudio la petición de aguas provenientes del Ebro para paliar provisionalmente la actual situación de sequía.